GUTIÉRREZ DE CABIEDES HIDALGO DE CAVIEDES, TERESA
Prologo de Alejandro Llano ¿Puede el eco cobrar fuerza con el tiempo, en vez de languidecer? ¿Qué esconde Hannah Arendt para que, casi cuarenta años después de morir, su voz siga originando huracanes en el mundo contemporáneo? Probablemente una de las fuerzas ocultas que actúan de imán sobre esta autora sea esa «cabezonería intelectual» para intentar razonar lo irrazonable, para robar un poco de luz a la asfixiante oscuridad, para construir puentes entre el pasado y el futuro, aunque la enésima riada de la Historia se los lleve por delante una vez más. También hoy vivimos tiempos de tiniebla. Primero fue la amenaza de un terrorismo global sobre nuestras cabezas, y después nos ha reventado en las manos un sistema económico que creíamos infalible: nuestra seguridad se ha hecho vulnerable. En días como estos, en los que la palabra crisis tatúa nuestra actualidad hasta asfixiarla, no bastan los discursos ideológicos más o menos brillantes. Necesitamos vidas que nos hablen, que nos interpelen, que aporten experiencia vivida a nuestras certezas descalabradas. El hechizo de la comprensión es la primera biografía de Hannah Arendt publicada originalmente en castellano. Sus páginas intentan ofrecer una historia que merece la pena ser conocida por la pasión histórica, humana e intelectual que encierra. Y busca contar la historia con todos los recursos que la literatura brinda al pensamiento, sin que la técnica de la ficción robe espacio al rigor científico. Viene acompañada por un completísimo anexo de publicaciones de y sobre la pensadora alemana. «Estamos ante un libro que convierte una historia de gran densidad humana e intelectual en lectura que resulta difícil dejar una vez comenzada. Se trata de una navegación por aguas agitadas, tormentosas a ratos, que se lleva a cabo con sorprendente y suave facilidad. Éste es el caso de una escritora de raza que nos cuenta la vida y nos interpreta la obra de una pensadora que ha descifrado algunos de los enigmas más inquietantes de nuestro tiempo. El resultado es memorable» (del Prólogo de Alejandro Llano)