El mayor deseo de quien se enfrenta a una enfermedad terminal es el de ser atendido en sus necesidades y acompañado en sus miedos. Pide, casi siempre sin palabras, ser reconocido y respetado como persona, de modo que su enfermedad y desvalimiento no comprometan su dignidad.
Las historias recogidas en este libro no son inventadas, sino que proceden de la experiencia del autor, voluntario en la unidad de cuidados paliativos de un gran hospital de Bruselas, en Bélgica, donde la eutanasia fue despenalizada en 2002. Todas ellas muestran, desde el respeto y la serenidad, cómo las unidades de cuidados paliativos ofrecen de hecho una alternativa humana y humanizadora frente a la eutanasia. Su secreto no puede ser más sencillo: favorecer ante todo una relación personal, promover la solidaridad, crear un clima de gratitud y amor donde sea posible aceptar el natural desarrollo del proceso de final de la vida.
Solo cuando se dan estas condiciones, las personas pueden aprender a liberarse gradualmente de todas las ataduras que condicionan su existencia y ayudar a quienes les rodean a descubrir que, en el final, lo que permanece indeleble son las experiencias y expresiones de amor compartidas.
Attilio Stajano es doctor en Física por la Universidad de Roma La Sapienza. Ha dedicado su vida profesional a la docencia y la investigación de las tecnologías de la información. Desde 2008 colabora como voluntario en unidades de cuidados paliativos de Bélgica e Italia.