Prólogo, de Manuel TelloPresentación. La mayor consistencia racional de la explicación creyente 1. El reto y la andadura 1. El reto de Paolo Flores d'Arcais a) El ateísmo científico-empírico b) El ateísmo antropológico c) El ateísmo ametafísico d) La muerte injusta y antes de tiempo e) Un Dios «sin carne» 2. La mayor consistencia racional del teísmo cristiano y católico 2. Dios y las evidencias científico-empíricas 1. La muerte de Dios por las «mil cualificaciones» a) El ala izquierda de Oxford b) El ala derecha de Oxford 2. Algo o Alguien se transparenta ahí a) Describir y explicar b) La consistencia racional del deísmo y del teísmo La prueba o evidencia cósmicaLa prueba o evidencia biológica 3. El azar y el fisicalismo bruto a) El azar o la casualidad b) Fisicalismo bruto o determinismo físico necesitante 4. La carga de la prueba 5. Dios está ahí 6. Qué queda del reto de P. Flores d'Arcais 3. Dios y las evidencias antropológicas 1. Los «nuevos ateos» a) Se esperaba el Reino y vino la Iglesia (A. Loisy) b) Pablo de Tarso, el fundador del cristianismo c) Imposible tomar un café con Dios d) Dios, una ilusión e) Los «neocristianos» f) La réplica de G. Puente Ojea 2. L. Feuerbach: Dios, una ilusión a) El principio materialista b) Dios es «nada» c) Lo humano de las religiones 3. El teísmo cristiano: Dios, generador del deseo a) «Religión» y «revelación» b) La teología como «interrupción» y liberación c) W. Pannenberg: la antropología, teología fundamental d) La mayor consistencia racional de la antropología teológica La tarea pendiente
Ha llegado la hora dice el autor de estas páginas de prestar atención de nuevo a la consistencia racional de la idea de Dios a partir de las pruebas científico-empíricas que se vienen alcanzando desde hace años, concretamente en la cosmología, en la biología y en la antropología modernas. Y creo que es algo que se puede hacer sin renunciar al imaginario en mi caso, cristiano de un Dios amor y justicia que, transparentándose en tantos millones de crucificados de todos los tiempos, es perceptible a la vez como belleza, atrayente y fascinante por sí misma.Además, creo que he de hacerlo dialogando con los llamados «nuevos ateos», es decir, con aquellas personas que cuestionan en la actualidad la solidez argumentativa y la verdad de lo que decimos cuando decimos «Dios» tanto a la luz de las evidencias científico-empíricas como de las conclusiones a que están llegando la antropología y la filosofía modernas, e incluso apoyados en algunas aportaciones teológicas y exegéticas de los últimos decenios