Leovigildo de Córdoba (segunda mitad del s. ix), hijo de Ansefredo, era de linaje godo y se ordenó sacerdote, ejerciendo su ministerio en la iglesia de San Cipriano de Córdoba. Su obra Liber de habitu clericorum fue encargada por los monjes de San Cipriano. Leovigildo vive en un contexto martirial con ocasión de la dominación árabe, donde desde hace tiempo los cristianos visten como los demás habitantes musulmanes. Los clérigos, aunque podían vestir el traje eclesiástico, comenzaron a vestir como seglares, quizás por presiones religiosas o por no entender su significado. Y este es uno de los temas del libro del Cordobés, que además le da el título. En líneas generales, el hábito descrito por Leovigildo es austero. No especifica el color o cómo está hecho, pero la intencionalidad del autor refleja la mentalidad monástica hispana.