¿Se puede construir una democracia sin nación?Ese es el experimento que los españoles pusimos en marcha con el pacto constitucional de 1978.Por entonces, la idea de nación había quedado desacreditada por ladictadura y las élites dirigentes se propusieron alejar el nuevorégimen de cualquier referencia nacional. Además, la revolución quebarrió Occidente en aquellos mismos años quiso dejar atrás todo lorelacionado con la autoridad y la trascendencia, muy en particular lanación.España no es distinta del resto de los países occidentales. Solo quellevó el experimento más lejos que los demás, al fundar una Monarquíaparlamentaria sin verdad nacional que la sustente.El resultado ha sido el tránsito de la «Nación una e indivisible» a la nación «indisoluble», luego al «Estado autonómico» y la «España delas Autonomías», hasta llegar a la «nación de naciones» y, por fin, ala «España plurinacional».¿Tiene futuro esta singular configuración política?