RUBIO GRACIA, MARCO ANTONIO
El Sínodo Hispalense de 1973, del cual cumplimos este año elquincuagésimo primer aniversario, fue una primicia de experienciasinodal de sinodalidad. Su finalidad fue la recepción del ConcilioVaticano II en la archidiócesis de Sevilla. Convocado por el CardenalJosé María Bueno Monreal, fue un Sínodo pionero, el primero delpostconcilio español, innovador y eminentemente pastoral.El Sínodo fue, sin duda, fermento y esperanza de futuro. Planteótambién la reforma del apostolado seglar organizado, con una mayorintegración en la pastoral diocesana por parte de las asociaciones,movimientos, hermandades y cofradías, y también una mayor implicaciónen los ámbitos de la familia, el trabajo, la economía y la política.El Dr. Rubio Gracia pone de relieve en este trabajo cómo el laicadoprogresivamente ha tomado parte activa en la corresponsabilidad de laIglesia y cómo ha ido concretando su vocación en diversos lugares yespacios eclesiales desde las directrices del Sínodo Hispalense de1973.? José Ángel Saiz MenesesArzobispo de Sevilla