AA.VV
«Mi venerado Predecesor, el Papa Benedicto XVI, durante estos años de pontificado, ha enriquecido y fortalecido a la Iglesia con su magisterio, su bondad, su dirección, su fe, su humildad y su mansedumbre. Seguirán siendo un patrimonio espiritual para todos. El ministerio petrino, vivido con total dedicación, ha tenido en él un intérprete sabio y humilde, con los ojos siempre fijos en Cristo, Cristo resucitado, presente y vivo en la Eucaristía». «De él no se podrá jamás decir que el estudio y la ciencia hayan vuelto árida su persona y su amor a Dios y al prójimo, sino al contrario, que la ciencia, la sabiduría y la oración han dilatado su corazón y su espíritu». (Papa Francisco, 15 de marzo de 2013y 27 de octubre de 2014)