DOS SANTOS VAZ, ARMINDO
La palabra, especial instrumento del espíritu para «decir» la vida del cuerpo y del alma, alcanza una vida propia cuando resuena como eco de la Palabra trascendente que, según la fe bíblica, descendió hasta los hombres en la persona de Jesús de Nazaret. Por ello, hemos ido dandorealce a la que Él pronunció y fue filtrada por los evangelios. Desdeque salió de su boca, ella hizo su recorrido hasta encontrar alreceptor de cada tiempo, con mayor o menor eficiencia de acuerdo conlas disposiciones de recepción y «traducción». Y nos dimos cuenta deque no basta con oír el sonido de la palabra en el evangelio, altavozque la transporta hasta el presente. Es necesario abrir su corteza yliberar el espíritu, divina luz que ella encierra, esperando quealguien la escuche, la «interprete» en el drama de la vida y latransforme en la verdad que libera. (?) Las meditaciones de este libro pretenden ayudar a hacer la interpretación de la palabra bíblica enfragmentos de vida, adherida a la exhortación del discípulo queescuchó, en directo, la Palabra y experimentó, en persona, el Amor:«no amemos de palabra ni con la boca, sino con