, PAPA FRANCISCO
LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO [1]
I. Alegría que se renueva y se comunica [2-8]
II. La dulce y confortadora alegría de evangelizar [9-13]
Una eterna novedad [11-13]
III. La nueva evangelización para la transmisión de la fe [14-18]
Propuesta y límites de esta Exhortación [16-18]
CAPÍTULO PRIMERO. LA TRANSFORMACIÓN MISIONERA DE LA IGLESIA
I. Una Iglesia en salida [20-24]
Primerear, involucrarse, acompañar, fructi??- car y feste??ar [24]
II. Pastoral en conversión [25-33]
Una impostergable renovación eclesial [27-33]
III. Desde el corazón del Evangelio [34-39]
IV. La misión que se encarna en los límites humanos [40-45]
V. Una madre de corazón abierto [46-49]
CAPÍTULO SEGUNDO. EN LA CRISIS DEL COMPROMISO COMUNITARIO
I. Algunos desafíos del mundo actual [52-75]
No a una economía de la exclusión [53-54]
No a la nueva idolatría del dinero [55-56]
No a un dinero que gobierna en lugar de servir [57-58]
No a la inequidad que genera violencia [59-60]
Algunos desafíos culturales [61-67]
Desafíos de la inculturación de la fe [68-70]
Desafíos de las culturas urbanas [71-75]
II. Tentaciones de los agentes pastorales [76-109]
Sí al desafío de una espiritualidad misionera [78-80]
No a la acedia egoísta [81-83]
No al pesimismo estéril [84-86]
Sí a las relaciones nuevas que genera Jesucristo [87-92]
No a la mundanidad espiritual [93-97]
No a la guerra entre nosotros [98-101]
Otros desafíos eclesiales [102-109]
CAPÍTULO TERCERO. EL ANUNCIO DEL EVANGELIO
I. Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio [111-134]
Un pueblo para todos [112-114]
Un pueblo con muchos rostros [115-118]
Todos somos discípulos misioneros [119-121]
La fuerza evangelizadora de la piedad popular [122-126]
Persona a persona [127-129]
Carismas al servicio de la comunión evangelizadora [130-131]
Cultura, pensamiento y educación [132-134]
II. La homilía [135-144]
El contexto litúrgico [137-138]
La conversación de la madre [139-141]
Palabras que hacen arder los corazones [142-144]
III. La preparación de la predicación [145-159]
El culto a la verdad [146-148]
La personalización de la Palabra [149-151]
La lectura espiritual [152-153]
Un oído en el pueblo [154-155]
Recursos pedagógicos [156-159]
IV. Una evangelización para la profundización del kerygma [160-175]
Una catequesis kerygmática y mistagógica [163-168]
El acompañamiento personal de los procesos de crecimiento [169-173]
En torno a la Palabra de Dios [174-175]
CAPÍTULO CUARTO. LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA EVANGELIZACIÓN
I. Las repercusiones comunitarias y sociales del kerygma [177-185]
Confesión de la fe y compromiso social [178-179]
El Reino que nos reclama [180-181]
La enseñanza de la Iglesia sobre cuestiones sociales [182-185]
II. La inclusión social de los pobres [186-216]
Unidos a Dios escuchamos un clamor [187-192]
Fidelidad al Evangelio para no correr en vano [193-196]
El lugar privilegiado de los pobres en el Pueblo de Dios [197-201]
Economía y distribución del ingreso [202-208]
Cuidar la fragilidad [209-216]
III. El bien común y la paz social [217-237]
El tiempo es superior al espacio [222-225]
??a unidad pre??alece sobre el con??icto [226-230]
La realidad es más importante que la idea [231-233]
El todo es superior a la parte [234-237]
IV. El diálogo social como contribución a la paz [238-258]
El diálogo entre la fe, la razón y las ciencias [242-243]
El diálogo ecuménico [244-246]
Las relaciones con el Judaísmo [247-249]
El diálogo interreligioso [250-254]
El diálogo social en un contexto de libertad religiosa [255-258]
CAPÍTULO QUINTO. EVANGELIZADORES CON ESPÍRITU
I. Motivaciones para un renovado impulso misionero [262-283]
El encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva [264-267]
El gusto espiritual de ser pueblo [268-274]
La acción misteriosa del Resucitado y de su Espíritu [275-280]
La fuerza misionera de la intercesión [281-283]
II. María, la Madre de la evangelización [284-288]
El regalo de Jesús a su pueblo [285-286]
La Estrella de la nueva evangelización [287-288]
Exhortación Apostólica "Evangelli Gaudium" del Santo Padre sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual. El Santo Padre dice: "La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años".