ORÍGENES
Orígenes de Alejandría nace alrededor del año 185. A él se debe un cambio irreversible en la historia del pensamiento cristiano al fundamentar la teología en la explicación de las Escrituras.
Realiza una interpretación sistemática del pasaje bíblico descubriendo las diversas dimensiones de la Escritura: la "literal", la "moral": qué debemos hacer para vivir la palabra; y por último, el sentido "espiritual", o sea, la unidad de la Escritura, que en todo su desarrollo habla de Cristo.
Al final de su vida, Orígenes escribió en Cesarea de Palestina estas Homilías que Rufino tradujo al latín. Superada la literalidad judía, capta la enjundia de la palabra de Dios en la alegoría cristiana. Intenta «sacar agua de los pozos». El Señor puso en ellos, debajo de la letra, un sentido recóndito, místico, que es preciso recuperar.
El Alejandrino, padre de la exégesis cristiana, utiliza la simbología, la etimología de vocablos y el simbolismo de las cifras, en línea con la gematría de los judíos.
Las Homilías sobre el libro de los Números presentan al pueblo de Israel en el Sinaí, el desierto de Cadés y las llanuras de Moab. En éstas adquiere relevancia el mago Balaam, con su asna. El pueblo de Dios, que es la Iglesia de Cristo, sale del Egipto de este mundo hacia la verdadera tierra prometida. Quiere situarse allí alrededor del tabernáculo, formando la «Iglesia de los primogénitos»; pero al menos debe alcanzar el Monte Sión, para salvarse, como Lot, en la montaña.
Con Moisés, que no pasa el Jordán, muere la Ley según la letra, y el auténtico Jesús asume el principado. Él repartirá la tierra a quienes hayan pasado el Jordán.
A lo largo de 42 etapas llega Israel a la tierra prometida; otras tantas siguió Cristo para hacerse hombre. Quien sale del «Egipto de la ignorancia» podrá alcanzar la luz de la ley divina en el Sinaí.
El hombre se vuelve «montañero» al habitar en la montaña de Dios. Pero el Sinaí es sólo una parada: lo importante son los lugares celestiales. Allí, «el auténtico Jesús» situará a cada uno en su sitio.
La presente traducción es la primera edición íntegra de la obra que se publica en lengua castellana.
Con este son ya 87 el número de volúmenes publicados en Biblioteca de Patrística.
Esta colección constituye un auténtico esfuerzo de recuperación de la literatura cristiana de los primeros siglos, ofreciendo las principales obras de los Padres de la Iglesia, tanto de Oriente como de Occidente (siglos II-VIII).
Los textos son traducidos de sus lenguas originales por un seleccionado equipo de traductores y patrólogos, y pueden ser muy útiles para cursos universitarios y para la profundización teológica y espiritual. Muchos de ellos se traducen por primera vez al castellano.
Cada volumen consta de una amplia introducción, texto traducido, notas e índices.