Prefacio, de Ida Raming1. Camino de fe El año litúrgico fue de formación Un paso hacia la comunidad con Dios: la primera comunión ¿Monaguilla? No, gracias ¿Fe en Dios? No sé yo... La decisión El campamento cristiano para jóvenes La confirmación ¿Monaguilla? ¡Sí, por favor! La vocación se hace más fuerte El camino hacia mis estudios universitarios de teología La vocación Llamada a ser mujer sacerdote: pero ¿es eso posible? ¿Llamada a hacer qué? ¿Por qué no guardar silencio?2. La lucha Luchando por mi sueño Boxeo: vivido en equidad por hombres y mujeres Luchando por la igualdad ¿Una lucha absurda? El papa: un provocador Combate revolucionario Puedo esperar Esperar, pero actuando La espera requiere paciencia3. Renovación y cambio en la Iglesia Reforma del corazón Un nuevo color para la Iglesia Reforma del pensamiento La Iglesia hoy. La Iglesia mañana «Ve a reparar mi iglesia» Sudando para construir una nueva Iglesia Dar testimonio de Jesucristo en solidaridad con los cristianos perseguidos Hablar de fe La alegría de la fe Mi vida con Jesucristo Sed de Dios La alegría de los domingos «Celebrar a Dios» Discovery de Dios El sendero Un sendero hacia la tolerancia ¿Dónde nos conducirá este sendero? Sendero de un viaje El camino de la confrontación La intensidad de la llama Una Iglesia que sale al encuentro de la gente El camino hacia mi destinoRecapitulación Ser un provocador y dejar que el Espíritu Santo nos guíe
Desde 2011, Jacqueline Straub ha proclamado públicamente su vocación sacerdotal y suele aparecer en los medios de comunicación hablando sobre ella. Se une así a generaciones de mujeres cristianas, entre las que ha habido algunas santas, que fueron personas que sintieron esa misma vocación al ministerio sacerdotal y que fueron rechazadas con respuestas obsoletas y discriminatorias por parte de los hombres de Iglesia. ¡Cuánto sufrimiento para las mujeres afectadas y cuántas oportunidades perdidas! Este es el relato de esa experiencia.