Hoy resulta inconcebible una interpretación de la Iglesia que no esté centrada en el misterio de Dios, donde se manifiestan el designio de salvación del Padre a la humanidad, el envío del Hijo al mundo y la acción santificadora del Espíritu. Este libro ofrece una visión general y sencilla de la eclesiología, resaltando los rasgos históricos más significativos, en los que se aprecian el carácter cristológico y pneumatológico de la Iglesia, la relación del ser humano con su Creador, la comunión de todos los bautizados, el carácter servicial de los ministerios y la participación de toda la comunidad en el anuncio del Reino de Dios. Estos trazos revelan la sinodalidad eclesial, al tiempo que invitan a la reflexión comunitaria, a la celebración de la fe y a la esperanza presente y final.