La misión es connatural a la Iglesia; es un mandato que debe cumplir,bajo pena de su desaparición: la Iglesia existe para comunicar elEvangelio.nEn Cristo se ha abierto un espacio personal para todos sinexclusiones. Esta comprensión de la misión requiere apóstolesacogedores en las relaciones interpersonales y sobre todo comunidadesacogedoras, inclusivas, dialogantes. Es necesario tomar conciencia deque la misión de la Iglesia no es otra que poner a disposición detodos... el mismo don del que vive: haber encontrado acogida en lahumanidad resucitada de Cristo ...y, por tanto, en Dios mismo... paraser resucitada con él, y con él transfigurada. ¿Cómo podría cumpliradecuadamente esta misión solo con dones ministeriales (aunqueimprescindibles) o religiosos, sin contar con los carismas laicalesespecíficos, informados de lo humano y al mismo tiempo orientadoshacia lo divino? Y ¿cómo podría suceder sino en un contexto deverdadera maduración teológica, como el representado por la e