El debate público sobre nuestras relaciones con otras especies se ha vuelto cada vez más confuso y enconado. En ningún otro momento de la historia de la humanidad los animales han necesitado más nuestra protección y, en ningún otro momento, se ha ofrecido y retirado dicha protección por motivos tan arbitrarios y autoindulgentes. Ante conceptos como respeto, derechos, bienestar, sufrimiento o crueldad respecto a los animales necesitamos un enfoque escrupuloso y moral que aclare la confusión en la que vivimos. Se hace necesario entender las enormes diferencias que hay entre los seres humanos y los animales, de modo especial en el caso de las mascotas, más allá de las apariencias