MATÍAS ARMENTEROS, FLORENTINO
Cada libro tiene su personalidad y este que tienes en tus manos no podía ser menos. Ahora bien, en este caso, lo que llamará tú atención de Tierra roturada es, precisamente, que el contenido no llama, aparentemente, la atención; no es llamativo ni deslumbrante. Es más, se podría calificar como un contenido demasiado real, demasiado común: la vida de una persona del montón, normal, alguien de la puerta de al lado.
Pero no es un libro irrelevante, porque la vida de una persona no lo es. No solo porque cada uno sea irrepetible, no solo porque seamos subjetivamente insustituibles, sino porque cada ser humano a poco que viva como tal , es interesante.
Los recuerdos, vivencias e impresiones que estás a punto de leer tienen la virtud de interesar. Porque es fácil empatizar con el protagonista alguien que se ha hecho a sí mismo y porque es fácil que el lector, sin advertirlo, se descubra contrastando su vida con lo narrado y la imaginación desborde el texto.
Ciertamente, no es un libro de autoayuda, ni una vida ejemplar; sí que es un libro donde lo ordinario alcanza sentido cuando se descubre "ese algo de misterioso que encierra la vida de cada persona". Y esto ya sí que comienza a ser un argumento de interés.