Los versos de este libro son la expresión de un don recibido. Un don que quiere ser entregado, que quiere transmitir experiencia y vida. Y en este caso concreto, no sólo la vida y la experiencia de la autora, sino la vida recibida de quien ha venido a que tengamos vida y vida abundante. Porque estos estos poemas reflejan amor, pero amor aquilatado en la vida misma. Transmiten una experiencia de encuentro; de allí que al ser leídos la sintonía puede ser aún mayor (Prólogo).