Al final, el aventurero que merodea sin descanso por las proximidades del Misterio de los misterios exclama, lleno de asombro: Verdaderamente tú eres un Dios escondido (Is 45, 15). Paradójicamente, el Dios que está más allá de nuestro alcance es el mismo que se dirige a nosotros con amor a través de la vida de su Hijo Jesús y de la presencia eficaz del Espíritu Santo en la plegaria personal y en las celebraciones santas, en los momentos cotidianos de gracia y en las relaciones humanas que construyen. A lo largo de este libro de espiritualidad, el lector es invitado a descubrir las raíces bíblicas de la teología apofática, los temas y autores clásicos, los aliados que le acompañarán durante el camino y los textos y acciones que pueden practicarse en la vida ordinaria. Así conseguirá no abandonar tan extraordinario viaje hacia el Dios que está siempre más allá.