GOLDMANN, GEREON
Apasionante relato autobiográfico de las terribles experiencias vividas por un joven seminarista en las SS de Hitler al comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Un seminarista en las SS es el apasionante relato autobiográfico de las increíbles aventuras vividas por un joven seminarista franciscano reclutado forzosamente por las SS de Hitler al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Sin traicionar a sus ideales cristianos, Gereon Goldmann fue capaz de completar su formación sacerdotal, ser ordenado, y ejercer secretamente su ministerio con los soldados católicos alemanes y con las víctimas civiles inocentes atrapadas en los horrores de la guerra.
El Padre Goldmann cuenta las múltiples ocasiones en que escapó de una muerte segura gracias a ayudas providenciales, sus experiencias en los tribunales de guerra en los que fue juzgado, su vida en el terrible campo de prisioneros en Kasr-Es-Souk, en el Marruecos francés, la diabólica persecución que él y sus camaradas católicos sufrieron a causa de su fe, etc. El relato es un extraordinario testimonio del poder de la Providencia y del imperecedero valor del amor, la fe y el sacrificio.
Para Alice von Hildebrand se trata de "una obra realmente sorprendente. El lector se siente cautivado desde la primera línea hasta la última. Es un libro de lectura indispensable".
Gereon Goldmann nació en Ziegenahin (Alemania) en 1916. Se hizo novicio franciscano en 1936. En 1939, junto con otros compañeros, fue reclutado forzosamente por el Régimen nazi e incorporado a las SS. Vivió como soldado durante toda la guerra aunque siendo fiel a su condición religiosa y, finalmente, después de ser capturado, pudo ordenarse sacerdote en 1944. Posteriormente estuvo en un campo de prisioneros en Kasr-Es-Souk, en el Marruecos francés, hasta que fue liberado en febrero de 1946. En 1954 se trasladó a Japón, algo que había deseado durante toda su vida, donde desarrolló una intensa actividad pastoral y asistencial, siendo el promotor de numerosas iniciativas. Residió también en la India, donde fue nombrado provincial de los Carmelitas en Manalikara. En sus últimos años volvió a su país natal, Alemania, donde murió en 2003.