ÍNDICE
PRÓLOGO. Julio Segurado Cobos, párroco
PRESENTACIÓN. Eva María Fernánzez Salazar
I. PERDIDA EN EL ANDÉN
1. Cartas al cielo
2. Mis paseos con Dios
3. Una vela encendida
II. PARADAS DEL TREN
1. Ser digno de ti Meditación: «El regalo de la cruz» Oración: «A tus pies, Señor»
2. El ciego de Jericó Meditación: «Mi nombre es Bartimeo» Oración: «Mi ceguera»
3. La oveja perdida Meditación: «Cargada sobre tus hombros» Oración: «A tu encuentro»
4. La parábola de las diez vírgenes Meditación: «La luz de la enfermedad» Oración: «En vela»
5. Los jornaleros de la viñaMeditación: «Un denario por amor»Oración: «Tu jornalero»
6. Vino nuevo en odres nuevosMeditación: «El dolor convertido en una flor»Oración: «Nada temo»
7. El tesoro y la perla escondidaMeditación: «Un mural de vivencias bellas»Oración: «Mi riqueza»
8. El juez inicuo y la viuda inoportunaMeditación: «¿Y si hoy puedo media hora?»Oración: «Orar siempre»
9. La mano en el arado Meditación: «Un arado llamado peaje» Oración: «Todo nuevo»
10. ¿Dónde reclinar la cabeza? Meditación: «Con dos hojas de papel» Oración: «Mi refugio»
11. Orad los unos por los otros Meditación: «El regalo de la oración» Oración: «Mi plegaria»
12. Qué será mañana en vuestra vidaMeditación: «Abandono en Dios» Oración: «A tu amparo»
13. Pedir con fe Meditación: «Mi mundo en un pañuelo»Oración: «Aumenta mi fe»
III. FINAL DEL TRAYECTO
1. El hijo pródigo
Meditación: «El reencuentro en un abrazo»
Oración: «Abrazo eterno»
AGRADECIMIENTOS
Agradecimiento al lector
Agradecimientos
ANEXO: HOJAS VIAJERAS
Primer testimonio
Segundo testimonio
La vida es un viaje y cada uno hacemos el nuestro, acompañados de multitud de personas, cada una con su propio camino. Hay muchos tipos de viajes y estas líneas nos invitan a compartir el viaje del dolor, de la enfermedad. Un viaje narrado desde el corazón de un proceso de lucha contra el cáncer. Como tantos viajes, en este también hay compañeros de viaje: amigos enfermos, algunos de ellos ya llegaron a su estación; acompañantes en la enfermedad, que comparten las esperanzas y las amarguras; familiares y amigos... La Palabra de Dios y la Eucaristía son las luces que alumbran el camino, que lo dotan de sentido, para que la experiencia del dolor, lejos de apartarnos de Dios, nos una más a él.